Para inaugurar la campaña de Navidad de este año empecé con Irene, a la que ya conocía por la sesión que le hice a su familia y que podéis ver aquí. Esta niña, además de guapísima, es un sol. Se presta a todo, tímida, con su media sonrisa. Empezó la sesión muy calladita pero fuimos cogiendo confianza. Cuando le puse las lentejuelas y le pinté los labios, ya estaba encantada. Y cuando terminamos dijo: «¿Ya? ¡Qué rápido!» ; )
Para ella preparé dos sets muy distintos. El primero más angelical y basado en el blanco, más próximo a las típicas imágenes de estas fechas. El segundo, mucho más divertido, refleja la magia de la Navidad. Como siempre, todo hecho a mano en casa, con mucho cariño. Como curiosidad os cuento que la chistera era mía de cuando era pequeña. Se la dieron a mis padres unos amigos que tenían una niña que se llamaba Irene, mayor que yo y que ya no la usaba. Así que nadie podía lucirla mejor que otra Irene!