Si hay algo que me encanta es ver crecer a «mis» niños, como Andrea. A sus seis meses era tan distinta a cuando nació, pero a la vez reconocible… Es una sensación preciosa. Y ahora que ya tiene unos meses más, debe estar más cambiada todavía! Esta sesión la realizamos con seis meses, el momento idóneo para volver a hacerles fotos porque los niños ya se mantienen sentados, interactúan, y tienen una personalidad propia.
Y mientras ella descansaba, aprovechamos también para hacer unas fotos a su hermana Irene. Ésta si que es una auténtica modelo!